El dolor lumbar (comúnmente denominado “dolor de espalda baja” o simplemente “dolor de espalda”) continúa siendo primera causa de incapacitación laboral a nivel mundial, y se asocia con frecuencia con tratamientos costosos e inefectivos. 

El dolor lumbar aparece prácticamente en todos los grupos de edad, y desde 1990, podemos indicar que los años de incapacidad debidos a esta dolencia, se han incrementado en un 50%: sigue su escalada, asociándose con trabajos sedentarios, tabaquismo, obesidad o estatus socioeconómico medio-bajo (Clark & Horton, 2018).

Algunas creencias infundadas son muy corrientes tanto entre los que sufren la dolencia, como entre medios de comunicación, influencers, o incluso profesionales de la salud. Es por ello, que nos gustaría exponer una serie de recomendaciones y hechos que pueden ser utilizados por los profesionales del movimiento en sus interacciones con clientes que presenten dolor lumbar: mejoraremos así tanto su pronóstico agudo como la recuperación completa (O´Sullivan et al., 2019; McGuill, 2015).

Hechos útiles sobre el dolor lumbar

  • El dolor de espalda baja no es una amenaza vital a nivel médico.
  • La mayor parte de los casos de dolor de espalda mejoran, y no necesariamente empeoran con la edad.
  • Los medios diagnósticos por imagen (resonancias magnéticas, TAC, radiografías, etc.) no determinan la prognosis del dolor de espalda, ni la probabilidad de futuras incapacidades o la mejora de objetivos clínicos.
  • Un enfoque mental catastrofista, con mucho miedo al movimiento o expectativas de una mala recuperación, se relacionan en mayor medida con el dolor persistente que el propio daño a los tejidos.
  • Ejercitar la columna bajo supervisión profesional en todos sus planos de movimiento es seguro, saludable y contribuye a su resiliencia estructural.
  • Los incrementos agudos del dolor están más relacionados con el cambio en la actividad, el estrés o el ánimo que con daños estructurales.
  • Los programas de ejercicio que combinan junto a los ejercicios específicos otras actividades globales de tipo cardiorrespiratorio (caminar como una de las opciones prioritarias), son más efectivos tanto en rehabilitación como en prevención de lesiones de espalda baja.
  • No existe una serie de ejercicios que sea adecuada para todo el mundo. Los diferentes objetivos (desde disminuir el absentismo laboral hasta el alto rendimiento deportivo), harán de la combinación de ciencia y experiencia clínica una necesidad a individualizar con cada cliente.
  • Se recomienda a pacientes y entrenadores ser pacientes y ceñirse al programa con constancia. El aumento de la funcionalidad y reducción del dolor podría no ocurrir hasta transcurridos 3 meses de entrenamiento continuado.
  • El dolor lumbar (comúnmente denominado “dolor de espalda baja” o simplemente “dolor de espalda”) continúa siendo primera causa de incapacitación laboral a nivel mundial, y se asocia con frecuencia con tratamientos costosos e inefectivos (Buchbinder et al., 2018). 

Bibliografía

Buchbinder, R., van Tulder, M., Öberg, B., Costa, L. M., Woolf, A., Schoene, M., … & Turner, J. A. (2018). Low back pain: a call for action. The Lancet, 391(10137), 2384-2388.

Clark, S., & Horton, R. (2018). Low back pain: a major global challenge. The Lancet, 391(10137), 2302.

McGuill,S. (2015, 3ª Ed.) Trastornos de la espalda baja. Prevención y rehabilitación basadas en la evidencia, A Coruña, Orbis Health.

O’Sullivan, P. B., Caneiro, J. P., O’Sullivan, K., Lin, I., Bunzli, S., Wernli, K., & O’Keeffe, M. (2020). Back to basics: 10 facts every person should know about back pain.

Iván Gonzalo Martínez

Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte
CEO de Elements System™ e Indoor Triathlon™ 

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