Por sus cualidades, el aluminio permite múltiples posibilidades de diseño, además de contribuir a la eficiencia energética. Todo ello lo convierte en un material idóneo para material e instalaciones deportivas, tanto interiores como exteriores.  Desde la Asociación Española del Aluminio y Tratamientos de Superficies exponen los motivos que avalan este cambio de tendencia hacia un material 100% reciclable infinitas veces, cuya valoración social va en aumento.

Que el aluminio es un material muy presente en nuestro día a día, es algo innegable. Es duro, resistente, ligero, sostenible, no se oxida, es maleable. También lo es que se trata un material muy desconocido, y que su presencia va mucho más allá de aquellos usos que nos parecen más obvios; sectores como la hostelería y la alimentación, el cosmético, la electrónica, la construcción, los transportes, el aeroespacial, o el sanitario, son varios de los que cada vez más cuentan con este material como aliado. Pero también el sector deportivo, y no son pocos los motivos que avalan esta tendencia, tal y como veremos. 

El aluminio es un material predominante en mucho equipamiento deportivo: raquetas, bicicletas, palos de golf, vallas o esquís, por mencionar tan solo algunos de ellos. Pero su presencia está no solo en el equipamiento, sino también en las instalaciones deportivas. Techos, coberturas, paneles, marquesinas, gradas, tribunas, vallados, puertas, cerramientos, escaleras, porterías, anclajes, postes o canastas son tan solo unos pocos de los tantos elementos e instalaciones deportivas que pueden abordarse con el aluminio como materia prima.

Muchas empresas dedicadas a la transformación y tratamiento del aluminio se encargan de diseñar, fabricar, suministrar y montar instalaciones deportivas, ofreciendo un servicio lo más completo posible. Estas instalaciones están elaboradas a partir de perfiles de aluminio. En los últimos tiempos vemos cómo empresas de dilatada experiencia en el sector del aluminio cada vez más apuestan por producir este tipo de instalaciones. Muchas de ellas son asociadas de la AEA, la Asociación Española del Aluminio y Tratamientos de Superficies, que representa a más de 600 empresas del sector. Jon de Olabarria, Secretario General de la AEA, valora como muy positivo este cambio de tendencia en pro del aluminio, y señalan que “son muchos son los motivos que avalan esta apuesta por un material tan sostenible como es el aluminio”. Aquí los presentamos:

El aluminio es un material duro y resistente

El aluminio es un material muy resistente, gracias a su dureza. Esto lo convierten en la materia prima perfecta para unas instalaciones deportivas fijas, estables, resistentes a la deformación, a prueba de golpes, impactos, o cualquier acción de este tipo derivada de la práctica del deporte. Esto también las hace unas instalaciones seguras para sus usuarios. Esta resistencia que apreciamos en el aluminio es mucho menor en el caso del plástico que, muy al contrario, es mucho más deformable.

Asimismo, es un material capaz de soportar pesos elevados, como el de un público en unas gradas. Su resistencia estructural permite, simultáneamente, diseñar muros-cortina y cerramientos de grandes dimensiones, portando unidades de vidrio aislante muy pesadas, algo que resulta imposible para casi todos los demás materiales. Algo idóneo para la construcción de polideportivos, piscinas cubiertas…

Mencionar, también, que el aluminio es un material con una alta capacidad de resistencia frente a agentes tóxicos, la corrosión, el frío o el calor, además de resultar inmune a los efectos nocivos de los rayos UVA, y apenas requiere de mantenimiento. Todo ello lo convierte en una opción duradera, cómoda, segura y económica a medio y largo plazo.

El aluminio no se oxida

El aluminio se autoprotege mediante una capa de óxido de aluminio que crea. Gracias a ello se evita la oxidación, un proceso que en cambio sí que tiene lugar en otros materiales, como el acero. Esta capa de óxido de aluminio, además, se puede crear de forma artificial siguiendo un proceso denominado “anodizado”. 

Con todo esto, el aluminio es resistente a la acción de la climatología, y al transcurso del tiempo. La lluvia o la humedad no ponen en riesgo la integridad o la apariencia de estas instalaciones, del mismo modo que no lo hacen los climas secos ni el calor intenso. Esto las hace duraderas sin que mermen sus propiedades con el paso del tiempo.

Todo ello hace que el uso de este material sea adecuado para instalaciones deportivas tanto de interiores como de exteriores. Es por ello que las garantías de estas, en términos generales, cubren plazos de tiempo muy largos frente a defectos del lacado, o efectos ante la corrosión. 

El aluminio es un material ligero

Su dureza y resistencia poco podrían hacer sospechar lo ligero que en realidad es este material. Este hecho es un aspecto muy favorable en el caso de las instalaciones deportivas de aluminio; su ligereza, unida al diseño de tipo modular, hace fácil el transporte, y que su instalación se realice de forma ágil, sencilla y eficaz facilitando, optimizando y reduciendo el tiempo de ejecución del proyecto. Además, posibilita y simplifica su desmontaje y traslado si fuera necesario.

El aluminio permite múltiples posibilidades de diseño y acabados

Además de todas las propiedades ya mencionadas, es un material muy maleable: el aluminio permite hacer todo tipo de formas, manipulándolo hasta adoptar el diseño buscado. Esto permite un diseño adaptado y personalizado, capaz de adecuarse a las particularidades de cada proyecto, en los que la imaginación sea el único límite.

Esto también permite crear proyectos para todo tipo de instalaciones deportivas: canchas de tenis, pádel, campos de futbol, baloncesto, y un largo etc. La amplia gama de colores y formas (ovalados, con formas curvas, rectos e inclinados o de líneas aerodinámicas), nos permiten proporcionar una amplia variedad de ofertas. 

Además de las capacidades que otorga su maleabilidad, el aluminio también ofrece múltiples posibilidades en cuanto al diseño de los acabados, haciendo infinitas las opciones estéticas. Así, por ejemplo, permite una amplísima gama de lacado o anodizado en cualquier color RAL, así como acabados bicolores y metálicos innumerables, o decorarlo con texturas, como por ejemplo simulando la de la madera, sin que sea necesario restaurar o pintar los perfiles periódicamente. Todo ello permite adaptar el diseño al espacio donde se ubica. Es recomendable comprobar que, para el caso del lacado, este ha sido realizado bajo el sello de calidad Qualicoat, y bajo el sello Qualanod para el caso del anodizado.

El aluminio contribuye a la eficiencia energética

El aluminio contribuye a lograr los objetivos de eficiencia energética en aquellas instalaciones que sean cerradas, contribuyendo al ahorro energético a corto, medio y largo plazo. Todo ello gracias a su buena capacidad aislante y la durabilidad de este material que, como hemos mencionado, no pierde propiedades por la acción del tiempo o la climatología.

Ya hemos señalado que el aluminio logra mantenerse durante muchos años sin deformaciones ni pérdidas de color o calidad, incluso en condiciones climáticas muy exigentes. Esto evita que se produzcan pérdidas por transmisión y por infiltración del aire que, de producirse, afectarían muy negativamente al ahorro energético. 

Además, este material cumple -e incluso supera- las normativas que plantean las nuevas exigencias técnicas y medioambientales y contribuye a lograr las certificaciones más exigentes (BREAM, LEED y VERDE) en edificaciones.

El aluminio es un material sostenible

Por si todo esto no fuera suficiente, apostar por el aluminio es hacerlo por un material sostenible, 100% reciclable, con muchas vidas a sus espaldas, y con otras muchas por delante. Tanto es así que la valoración social de este material va en aumento; un material que se sitúa a la cabeza del compromiso de Europa con el medio ambiente y con el desarrollo de la Economía Circular, plenamente comprometido con los objetivos de sostenibilidad y eficiencia. 

Y es que el aluminio es totalmente reciclable infinitas veces, empleando tan solo un 5% de la energía empleada para obtener aluminio primario, sin que las cualidades y propiedades iniciales del mismo se vean menoscabadas.

Tal es su durabilidad y su capacidad infinita de reciclado, que en la actualidad continúa en uso el 75% de todo el aluminio que ha fabricado la humanidad en los algo más de 125 años que lleva empleándose. 

Asimismo, debemos mencionar que el aluminio no produce efectos negativos en el entorno o para los usuarios, sea cual sea el tratamiento que se le dé. Las aleaciones del aluminio no liberan gases nocivos.

Por todos estos beneficios, resulta conveniente y necesario que el aluminio continúe imponiéndose frente a otros materiales alternativos, en sector como el deportivo que, cada vez más, aboga por un entorno sostenible e integrador, y que también quiere mirar hacia un futuro en el que el cuidado del medio ambiente juegue un papel crucial.

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Sobre la Asociación Española del Aluminio y Tratamientos de Superficie (AEA).

La AEA es una asociación sin ánimo de lucro que desempeña la adecuada representación de la industria española del aluminio -desde empresas de extrusión, hasta de tratamientos de superficies y distribución- y que vela por la defensa de sus intereses globales. La Asociación representa a unas 650 empresas que dan empleo a más de 8.000 trabajadores de forma directa. 

La AEA trabaja para dejar claro el compromiso de esta industria con la calidad, promoviendo la implantación en España de las más exigentes marcas de calidad europeas, el conocimiento en nuestro país de las ventajas que supone la utilización de productos de aluminio y el desarrollo industrial sostenible en sus distintos aspectos: medioambiental, económico y social.

Por ello, la AEA representa y gestiona diversas Marcas y Sellos de Calidad relacionados con el tratamiento de superficies como Licenciataria General para España de las Marcas de Calidad internacionales QUALANOD, QUALICOAT, QUALIDECO y QUALISTEELCOAT y proporciona a sus asociados las tareas de supervisión y gestión de todos los aspectos relacionados con ellas.

Asimismo, la Asociación participa en varios Comités de AENOR relacionados con la normalización y certificación en España; forma parte de CONFEMETAL, ATESMEL y el Green Building Council España y, a nivel internacional, es miembro de la European Association for Surface Treatment on Aluminium (ESTAL).

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