Los efectos positivos sobre la salud del ejercicio físico y el llevar un día a día activo están de sobras explicados. Cómo la microbiota intestinal influye en la salud y bienestar cada vez está más estudiado.

Dividiré el artículo en dos partes, en la primera expondré cómo el entrenamiento afecta a la microbiota intestinal y cómo esto acaba repercutiendo en mejoras metabólicas y sistémicas del organismo. En la segunda, pondré el enfoque en cómo la microbiota afecta a la función y cantidad de la masa muscular.

El objetivo es dar luz a las siguientes preguntas, ¿el ejercicio físico afecta en la microbiota intestinal? ¿Puede la microbiota afectar a la función muscular y promover la sarcopenia?

EJERCICIO FÍSICO – MICROBIOTA:

Empezaré describiendo los aspectos más relevantes que nos comenta la revisión de Mailing, L.J et al.(2019) “Exercise and the Gut Microbiome: A Review of the Evidence, Potential Mechanisms, and Implications for Human Health” sobre cómo el entrenamiento afecta a la microbiota.

. Tanto el ejercicio aeróbico (hasta el 75% del consumo máximo de oxígeno) como el de Fuerza (con intensidad en la que se pueda realizar más de 10rep por serie) mejora la biodiversidad bacteriana intestinal.

. El ejercicio de moderada intensidad aumenta la presencia de bacterias muconutritivas, las encargadas de producir una capa mucosa protectora del epitelio intestinal. También asociadas a mejor salud metabólica y una mejor composición corporal.

. El ratio Firmicutes/Bacteroidetes bajo está relacionado con menor capacidad aeróbica, en canvio, un ratio elevado tiene una respuesta directa en el aumento de la capacidad aeróbica. Con el entrenamiento regular de intensidad moderada este ratio tiende a mejorar en aquellos que lo tienen desequilibrado.

. El ejercicio aeróbico de moderada intensidad y de una duración no superior a los 90min aumenta la concentración de ácidos grasos de cadena corta beneficiosos como el butirato, acetato y propionato. Y reduce la cantidad de bacterias proteolíticas. En obesos, mejora el ratio Bacteroides/Prevotella un indicador fiable de predisposición a la obesidad.

¿CÓMO SE PRODUCIRÍAN ESTOS CAMBIOS?

. El ejercicio es un estresor térmico e isquémico (reduce la circulación sanguínea intestinal). Cuando este estresor es adecuado tiene unos efectos horméticos sobre la microbiota intestinal.

. El ejercicio de muy alta intensidad, en tan sólo 10min para personas muy poco entrenadas, genera un estrés excesivo que la microbiota no será capaz de soportar y si nos excedemos en el volumen de trabajo, este tipo de entrenamiento puede generar problemas en la integridad de la mucosa, en la diversidad bacteriana y en el epitelio intestinal.

. Las personas entrenadas, o que entrenan de manera regular consiguen que sus bacterias intestinales soporten mejor el estrés provocado por el entrenamiento y tener efectos positivos con intensidades más grandes y mantener la integridad de la barrera intestinal.

Por otro lado, el entrenamiento provoca cambios en la circulación enterohepática de los ácidos biliares. Los ácidos biliares, en general, tienen efectos de control de la biodiversidad bacteriana. Esta mayor presencia de ácidos biliares en el intestino inducida por el entrenamiento regular ayudaría a los cambios mencionados en la microbiota.

¿CAMBIAMOS EL ENFOQUE?

Si centramos la mirada en qué influencia tiene la microbiota sobre el músculo esquelético, debemos preguntarnos;

¿Puede la microbiota intestinal influir en la función y cantidad de masa muscular? ¿Puede ser inductora de sarcopenia?

La revisión de Ticinesi, A. et al.(2019) “Exercise and immune system as modulators of intestinal microbiome: implications for the gut-muscle axis hypothesis” nos ayuda a responder estas cuestiones, en ella encontramos los siguientes datos más relevantes:

. La sarcopenia se caracteriza por presentar una reducción de la capilaridad muscular, pérdida de sensibilidad a la insulina de las células musculares, alteración de la generación y función de las mitocondrias musculares y en un desbalance en la producción de músculo nuevo músculo.

. La pérdida de biodiversidad de la microbiota aumenta la permeabilidad intestinal, genera un ambiente inflamatorio, alterando la absorción de aminoácidos, la sensibilidad a la insulina y la síntesis de las vitaminas como la B9, B12 y la B2 que son importantes en la formación de nuevo músculo y también en la resistencia al estrés provocado por el ejercicio.

. La hiperpermeabilidad intestinal induce el aumento lipopolisacáridos circulantes promoviendo un caldo de cultivo inflamatorio que reduce la sensibilidad a la insulina del músculo, promoviendo un estado pro catabólico muscular.

. Una microbiota con buena biodiversidad genera ácidos grasos de cadena corta beneficiosos en buena cantidad, junto con unos ácidos biliares secundarios beneficiosos, y ambos tipos de metabolitos tienen un papel importante en el balance anabolismo – catabolismo muscular.

En resumen, cómo hemos visto a lo largo de la exposición de los aspectos más destacados de estas dos revisiones, la relación microbiota – músculo es bidireccional, así la microbiota puede inducir la pérdida de función y cantidad de masa muscular y a su vez, el entrenamiento tiene la capacidad de afectar la composición de la microbiota intestinal, para bien si el estímulo es el adecuado y soportado por la persona, y por el contrario, para mal cuando el estímulo es excesivo para la persona.

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