El próximo domingo 13 de septiembre el sector da por concluida la temporada de piscinas. Un verano marcado por el miedo al contagio del coronavirus, en el que las excepcionales medidas de prevención aplicadas han convertido las instalaciones para el baño en unas de las zonas más seguras.

El sector hace un balance muy positivo a pesar las dificultades que ha tenido que sortear. Para Daniel Campuzano, CEO de AQUAGLASS, empresa especializada en seguridad y conservación de instalaciones acuáticas, «tras un arranque de temporada muy complicado, con reglamentaciones superponiéndose y constantes cambios, en el que hemos tenido que hacer reformas y ajustes para adecuar los recintos a las nuevas circunstancias, la temporada ha sido buena en todos los sentidos. Aproximadamente el 95 % de las piscinas han estado abiertas y no se han registrado contagios. Solo un pequeño porcentaje ha permanecido cerrado por obras, mantenimiento en sus instalaciones o desavenencias dentro de las comunidades de vecinos».

Al buen funcionamiento de las instalaciones acuáticas han contribuido las empresas de mantenimiento, los vecinos, los socorristas y la Administración. Las empresas de mantenimiento han asumido más responsabilidad y funciones facilitado la aplicación de la normativa de prevención anticovid tanto en los recintos como en el control del agua de las piscinas e, incluso, se han engargado de gestionar la higiene y desinfección de los espacios. Las comunidades de propietarios han optado por invertir en seguridad, ampliar los servicios contratados y, en algunos casos, han reducido su temporada de piscinas para no incrementar los costes comunitarios.

El sector destaca también la labor desempeñada por los socorristas, un colectivo al que se ha exigido una mayor responsabilidad, controlando que las normas de seguridad se cumplan en todo momento y realizando labores de limpieza y desinfección que antes no estaban entre sus atribuciones. Han recibido formación específica para adaptarse y éste ha sido el año con la menor rotación de socorristas en las piscinas de los últimos 25. Un dato que refleja el alto grado de satisfacción de las comunidades de propietarios con sus servicios.

Por su parte las administraciones también han jugado un papel importante para verificar que se cumplían todos los protocolos en seguridad e higiene. Las inspecciones han aumentado esta temporada hasta 500%. Una labor centrada, sobre todo, en comprobar que la señalización y la información estuvieran disponibles y en la calidad del agua.

Para Daniel Campuzano «la temporada de piscinas ha resultado finalmente mucho mejor de lo previsto. Las comunidades se han autoregulado sin necesidad de complejos sistemas de reservas para el baño y los usuarios han sido especialmente disciplinados. Han respetado las normas. La batalla del distanciamiento social y del aforo, que en un principio planteó algunos problemas, se solucionó a medida que avanzaba el verano y los bañistas han podido disfrutar de una forma más segura y tranquila de las piscinas«.

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