Para progresar en nuestra disciplina deportiva es importante conocer los principios del entrenamiento, uno de ellos es el síndrome general de adaptación.

Si nos movemos en ambientes deportivos habremos escuchado en infinidad de ocasiones el famoso claim: No pain, no gain (sin esfuerzo no hay recompensa). Sin el Síndrome General de Adaptación (SGA) no existiría esta frase, ni la propia historia del ser humano.

Sin una evolución, sin un cambio, sin una mejora, nada se hubiera transformado en lo que es ahora. Como decía el Barón de Coubertin: lo importante en la vida no es el éxito, sino esforzarse por conseguirlo.

Respuesta al estímulo

El Síndrome General de Adaptación (SGA) es la respuesta de adaptación que realiza el cuerpo ante la agresión que le infringimos con el entrenamiento. Es común pensar que, cuando entrenamos, el físico se fortalece y consigue sus mejores marcas por este hecho. Craso error. El entrenamiento es la agresión, el estrés que provocamos a nuestro organismo para que, en su periodo de descanso (anabolismo), consiga, no solo recuperarse del daño infringido, sino una respuesta mayor en cuanto a mejora metabólica y prestaciones físicas (rendimiento) a lo largo del tiempo.

Nuestro cuerpo tiende a mantenerse en homeostasis, es decir, en equilibrio entre las dos fuerzas fundamentales del metabolismo (anabolismo y catabolismo).

Cuando sometemos al organismo a una sesión de entrenamiento, este pasa por las siguientes fases:

  • Se aplica un esfuerzo, estrés o agresión.
  • Nuestro cuerpo se resiente y se fatiga bajando su condición física.
  • Empieza el estado de recuperación, la reconstrucción después del entrenamiento.
  • El cuerpo mejora su nivel, su condición y sus capacidades más allá de las que tenía anteriormente.
  • Conseguimos un mayor rendimiento y entrar en estado anabólico.

Sobrecompensación

Esta situación que realizamos repetitivamente a lo largo de las sesiones de entrenamiento en micro, meso y macrociclos tiene a su vez un baremo por el que podremos saber si nuestros esfuerzos son recompensados esto es: sobrecompensación, sobreentrenamiento y estancamiento.

Cuando sometemos al cuerpo a repetitivas sesiones de entrenamiento tendremos siempre que mantener un pequeño desfase entre el esfuerzo y la recuperación, es decir, infringiremos un daño algo mayor en cada entrenamiento y siempre el descanso estará orientado a cuanta carga, intensidad o tiempo de esfuerzo provoquemos. A mayor esfuerzo mejor descanso y nutrición. Esta sobrecompensación dará sus frutos y la mejora será paulatina y segura.

Sobreentrenamiento

Si el entrenamiento es claramente excesivo y las recuperaciones son cortas y poco productivas entraremos en la espiral del sobreentrenamiento, muy común en muchos deportistas que siguen pensando que más es mejor y que todo es entrenar dándolo todo en cada sesión y no cuidando una buena alimentación ni un descanso adecuado a tan alta actividad física.

Podremos saber si estamos sobreentrenados tomándonos el pulso recién levantados. Si nuestro ritmo cardiaco se encuentra por encima de la media en un individuo sano, por ejemplo 100 pm, claramente necesitaremos un descanso extra semanal.

También la pérdida de apetito, la propensión a lesiones, la aparición de enfermedades y la pérdida de peso o sueño pueden ser también síntomas significativos. Si además a esto le añadimos falta de energía y pocas ganas de entrenar solo nos queda escuchar las señales corporales para bajar el ritmo y relajarnos dejando descansar el cuerpo y nutrirlo de forma adecuada.

Estancamiento

El estancamiento es la condición más extendida en los centros deportivos y se produce por la falta de estímulo en los entrenamientos.

La falta de concentración e intensidad (carga) en cada serie, en cada repetición o prolongar demasiado los tiempos de descanso entre series llevará a la pérdida de tiempo, pérdida de mejoras e ilusión del deportista, ya verá que no progresa y su motivación irá decreciendo hasta abandonar la practica deportiva. También es cierto que si el nivel de forma física de la persona es bueno solo le queda un mantenimiento perfecto, ya que sus pretensiones no son competitivas y por lo tanto se encontrará en una filosofía de vida sana y fructífera, sintiendo un equilibrio excepcional entre mente y cuerpo.

José Cano

Master Trainer en Orthos Academy desde hace más de 20 años. Primera promoción en España de entrenadores personales NASM. Entrenador Nacional de Halterofília.

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